La manera de expresarse del caballo se basa en los movimientos de la cabeza y de las diferentes partes de la cara, así como los ojos, la nariz o las orejas. Para saber como está y que piensa tu caballo hay que saber reconocer en ellos las diferentes emociones.

Cuando un caballo está asustado suele tirar la cabeza arriba y hacia atrás, tiene los ojos muy abiertos y en estado de alerta. Además, dirige las orejas hacia el peligro que percibe y sus patas están tensas y listas para salir huyendo.

Si un caballo está cansado baja la cabeza y orienta las orejas en direcciones diferentes. Si vemos que tiene los ollares muy abiertos significa que está cogiendo aliento y intenta recuperarse después del ejercicio.

Si ves que un caballo reclina sus orejas y las tira hacia atrás y frunce los ojos y la nariz te está avisando de que está enfadado. Además, puede ser que de pisotones con una mano para mostrarnos que está enfadado o impaciente. También es posible que enseñe los dientes o intente dar un mordisco, ¡no debemos permitírselo!

Un caballo que está contento y relajado normalmente tiene un pie descansando, su cuello y cabeza hacia abajo y sin tensión. Los ojos y las orejas están relajadas y quizás giradas hacia los lados. Un caballo tranquilo es un caballo que se siente seguro.

Podemos ver si un caballo está triste si tiene las orejas hacia atrás, un poco caídas y los ojos apagados. Hay que tener en cuenta que los caballos pueden deprimirse si están enfermos o si son maltratados. Con su movimiento mostrará una actitud de desinterés y un aspecto decaído.

Por eso hay que saber ver cuando un caballo está enfermo o tiene algún problema físico. Un caballo enfermo tiende a tumbarse o a estar de pie muy quieto porque el dolor le puede volver pasivo y sin ánimo de hacer nada, ¿un poco parecido a nosotros verdad?

¡Ahora ya sabes como se comportan los caballos según las diferentes emociones que sienten!