Para mantener el equipo en buen estado hay que hacer limpieza periódicamente, así conservará su flexibilidad, no se desgastará tan rápidamente y nos aseguraremos de mantener la comodidad tanto para el caballo como para el jinete.

En primer lugar, tenemos que limpiar la suciedad y el sudor de las dos caras de las correas. Lo haremos con una esponja húmeda y con jaboncillo.

Después pasaremos a nutrir el cuero con grasa para que conserve la elasticidad. Hay que frotar bien para que la grasa penetre mejor en el cuero, sobretodo si se ha mojado.

Para la cabezada es recomendable desmontarla completamente para poder limpiar bien todas las partes. Así podremos comprobar las costuras y el desgaste de las zonas que están en contacto con la boca.

Para la montura tendremos que separar la cincha y las acciones. Limpiamos con jaboncillo todas las partes de cuero y las piezas que no están en contacto con el jinete podremos engrasarlas regularmente.

En la cincha tendremos que lavar el barro cuidadosamente. Los modelos que sean de algodón o sintéticos deben lavarse con agua jabonosa y después la dejamos secar. Las cinchas de cuero se limpian con jaboncillo.

Los metales, como por ejemplo la embocadura, los mojaremos con agua y después los frotaremos con un cepillo pequeño o con un estropajo.

Las protecciones de trabajo como, por ejemplo, los protectores de las manos y pies del caballo, deberemos lavarlos con agua a presión usando una manguera o en un cubo y después las dejaremos secar.

Para evitar que el sudadero se quede lleno de pelos tendremos que usar un cepillo regularmente. Después de cepillarlos los lavaremos con agua y jabón para que el sudor seco no se acumule en el sudadero. ¡También podemos ponerlos en la lavadora!

Ahora que ya sabes cómo se debe limpiar el equipo ¡no dejes que la suciedad te invada!